Si eres de los que piensa que la lista de invitados es uno de los detalles de tu boda que puedes ir posponiendo, ¡olvídalo! Las personas que compartirán junto a ti y a tu pareja el día especial deben ser una de las primeras cosas a considerar.
La importancia de tener a tiempo la lista de invitados radica en algunos sencillos aspectos. Esto te permitirá saber al menos dos cosas esenciales: cuáles son las características del espacio que necesitas y presupuestar cuánto gastarás en el menú y en las bebidas. Esto sin mencionar otros detalles, que irán surgiendo conforme avances en la organización de la boda.
Entendiendo que hay que decidir pronto quiénes serán tus invitados, avancemos con unos sencillos consejos, que te ayudarán a salir airoso de esta minuciosa e importante tarea.
¿Cuántos invitados te gustaría tener?
Cerrar tu lista de invitados varios meses antes del evento, puede convertirse en una tarea difícil. Si cuentas con demasiada anticipación, no necesitas tener de antemano el nombre y apellido de todos los que asistirán, pero sí es importante que manejes una cifra promedio de personas.
Los especialistas recomiendan jugar con cifras basadas en múltiplos de 50. No importa si la cantidad de personas se reduce, tener un promedio holgado te permitirá avanzar en ciertas decisiones, como el lugar donde realizarás la celebración.
Recuerda que hay espacios que cuentan con un aforo limitado. Si tu principal motivación, pensando en el día de tu boda, es casarte en un lugar específico, las restricciones mismas del espacio te ayudarán a trazarte una cifra tope de invitados.
No olvides el presupuesto
De nada vale soñar con una boda a la que asistirán 600 personas si tu presupuesto no se acerca en lo más mínimo a esas proporciones. Es normal que tratándose de un día tan especial tu primera intención sea querer tirar la casa por la ventana, pero hay que ser prudentes.
Las dimensiones del espacio que escojas para tu evento será una forma de estipular el número máximo de personas que te acompañarán. Debes comenzar a jugar con esta cifra, dependiendo de todas las opciones gastronómicas que consideres para el evento, así como del número de comensales.
Otra buena forma de saber con cuánto cuentas y hasta dónde llegan tus límites, es cerciorarte de si tus padres colaborarán o no con el gran evento. Hay familias tradicionales que conservan esta costumbre, siempre y cuando surja de forma voluntaria y sea posible asumirla sin contratiempos. Evalúa todas las posibilidades.
El momento de escoger a los elegidos
Es uno de los principales dolores de cabeza de muchos novios. Ante una decisión así, entran en juego muchos factores. La economía y las características del espacio pasan a ser argumento secundarios cuando surge la culpa o el remordimiento.
Lo primero que debes hacer es tomarte las cosas con calma, pensar con cabeza fría y divertirte, porque finalmente junto a estas personas compartirás uno de los días más felices de tu vida.
Organiza a los invitados en grupos. Clasifícalos usando criterios como: familiares cercanos, familiares lejanos, amigos, compañeros de la escuela o universidad, compañeros de trabajo, etc.
Luego de hacer esta pequeña clasificación, debes hacerte una serie de preguntas con cada uno de los personajes. Son preguntas sencillas, que basta responderlas con un sí o un no:
- ¿Sóis cercanos?
- ¿Habláis con cierta frecuencia?
- Si fuera su boda y no te invitara, ¿te entristecería?
- ¿Puedes imaginar tu boda sin su presencia?
- ¿Te haría feliz que te acompañara en ese día especial?
Es evidente que ante una mayoría de respuestas afirmativas, esa persona debería estar entre los invitados imprescindibles, pero si hay un par de “No” ante algunas de estas preguntas, lo mejor será que lo descartes.
Organiza un buen borrador de tu lista de invitados
Una vez pasas por las primeras clasificaciones, llega el momento de enviar las invitaciones. Prepara una vez más dos listas: la de los invitados imprescindibles y otra con el nombre del resto de las personas que te gustaría que fuesen a tu evento.
Esta segunda lista debe venir acompañada de una columna con “invitados suplentes”. Estas personas son las que te causan ciertas dudas y a las que solo invitarías por compromiso o por evitar discusiones con tus familiares o tu pareja.
Una vez hagas la primera convocatoria, comenzarán a llegar las confirmaciones y las bajas. A medida que algunas personas rechacen tu invitación, podrías ir sustituyendo sus nombres por los de los invitados tentativos… De esa forma puedes incorporar al evento a esos casos excepcionales.
Ten muy presente que para que este método funcione, debes comenzar a enviar las invitaciones con muchos meses de antelación. Algunos invitados no confirman a la primera, así que será necesario recordarles cada cierto tiempo que aseguren su asistencia o no. Luego puedes prepararte para un segundo envío.
Familiares y acompañantes en tu lista de invitados
Por último, debes tener en cuenta algunas consideraciones muy útiles para el envío de tus invitaciones. La denominada familia central debe invitarse por completo. Podrías hacer algunas excepciones con la familia extendida.
Al elaborar tu lista de invitados, toma en cuenta que tratándose de los grupos familiares la invitación se envía a nombre de una sola persona, pero ella asistirá a su evento con su pareja e hijos. Contabiliza cada uno de estos miembros al hacer tus cálculos.
Tratándose de amigos, colegas o compañeros de trabajo de los cuales no conozcas su situación sentimental, se estila especificar en la invitación el conocido +1, para dar a entender que puede llevar consigo a un acompañante. En este caso, debe confirmar su asistencia y la de la otra persona, para que no te tomen por sorpresa con personas adicionales.
Siguiendo estos sencillos consejos es casi seguro que la titánica tarea de hacer tu lista de invitados, se convierte en una actividad sencilla y divertida.
